jueves, 27 de mayo de 2010

¡He vuelto!

1. Ya estamos viviendo en el piso nuevo, con Internet y todo. Estamos muy contentos, aunque el piso acumula tensiones entre los dos ya que discutimos más últimamente. Supongo que debe ser normal, pero cada vez que hay un pequeño problema (una marca en una puerta, una marca en una baldosa, que los enchufes no estén donde los necesitamos...) Marc se pone de color lila y comienza a pedir explicaciones sobre lo humano y lo divino a quien tiene más cerca. Y como en este caso soy yo, me evado mientras el intenta echarme la culpa del desperfecto en cuestión ("es que yo esto no lo he hecho porque siempre voy con cuidado" traducción: "si yo no lo he hecho, solo quedáis tú o el gato, y el gato me cae bien, así que..."). Eso sí, el cambio ha sido a mejor en cuanto al piso. Algo es algo.

2. Estamos a dieta. Bueno, en realidad lo que hemos hecho es regular comidas, que si no sabías que tenias que comer te hacías un bocata y tan contenta. Y eso se nota, que llevábamos un camino de no pasar por las puertas, cagontó. De momento, despacito y buena letra, pero estoy contenta porque ya he bajado una talla. ¡Olé, olé!

3. Último gran momento del gato. Un día estábamos cenando tan tranquilos cuando le vemos pasar corriendo con dos metros de lana colgando del culo. El genio se había comido un ovillo de lana enterito y ahora le atravesaba todo el intestino hasta la boca, pasando por el estómago. Fueron un par de días duros porque el veterinario nos dijo que era probable que se muriera, ya que si no podía echarlo naturalmente, el intestino se contrae al notar que hay algo que no acaba de salir. Finalmente vomitó parte y cagó la otra parte y se quedó todo en un susto. Pero la verdad es que el gato de las narices nos hace sufrir como cabrones. Es como si pensara "Llevan mucho tiempo tranquilos... ¿y si me como lana/un cargador/la silla de IKEA/las plantas y les animo un poquito?". Algún día haré estofado de gato. Necro con reducción de Pedro Ximenes y virutas de foie. Dicen que el gato se parece al conejo, que apenas tiene grasa. Genial para la dieta.

4. Por Sant Jordi, Marc me regaló "Cometas en el cielo". Os lo recomiendo muy mucho, es una historia preciosa sobre la amistad, la culpa y la redención. Hacía mucho tiempo que no lloraba así con un libro. Aunque, cuando se lo comenté ayer a Marc, afirmó que no hacía tanto. "Lloraste cuando murió Dumbledore y de eso no hace tanto". Tengo que decir en mi defensa que no recuerdo haber llorado por este tema en concreto... y que Dumbledore era el mejor personaje de Harry Potter, leches. La cuestión es llevarme la contraria...