jueves, 20 de noviembre de 2008

El ratoncito Perez

El Sábado pasado me tocaba currar en el museo chiquito del que os hable en otros posts. Con la diferencia de que esta vez no estaba sola, ya que se hacía una actividad y tenían que venir los guias. Necesitaban unas réplicas de huesos para la misma, pero estos aún no habían llegado así que utilizaron los originales: dos cráneos y tres fémures (¿fémures? si alguien sabe si este es el plural que me lo diga, porque ahora mismo no tengo ni idea).

Dos cráneos de verdad, con sus junturas y todo, sus dientes, sus órbitas oculares con el agujerito para que pase el nervio óptico. Pero sin carne alguna, por lo tanto también sin encías... y, obviamente, al final acabaron todos los dientes rodando por el suelo. ¿Alguien se imagina lo escabroso que es encontrarte un diente de un muerto rodando bajo la silla del escritorio? ¿O lo extraño que es intentar recolocar los dientes en su sitio como si fuera un puzzle 3D?

Pues a pesar de todo esto, lo primero que se me pasó por la cabeza, al ver el cráneo mellado fue: "Cuñaooooooo..."

Cuanto daño ha hecho la tele...

4 comentarios:

MAFALDA dijo...

jajaja..meparto!!vaya situación,no
??no me imagino el estar buscando dientes en mi oficina..bueno, asi el trabajo en la oficina no seria tan aburrido!!

JB dijo...

Qué me vas a contar a mí, que en las prácticas de anatomía no tuve que recoger dientes de muerto del suelo, sino nada más y nada menos que una vejiga urinaria, directamente.

En mi defensa diré... que no la tiré yo :P

Pegotitos dijo...

Aaaaaaghhhh, una vejiga... aaaagggghhhhi

Tamaruca dijo...

¡Jajjaja! Qué bueno, por favor, surrealista como a mí me gusta :D